Tú qué eres, ¿de teta o biberón?

¿No os da la sensación de que digas lo que digas te vas a equivocar? Bueno, y no solo eso, parece que si das la teta «eres la loca de la teta» en determinados ámbitos y que se espera de ti todo un conjunto de cosas: colecho, porteo, lactancia prolongada, alimentación autorregulada y, si me apuras, parto natural y si puede ser en casa, mejor. Si das biberón, más si lo diste desde el principio por decisión propia, eres una madre con poco espíritu de sacrificio o directamente mala madre, según con quién hables.

No hagas caso a las críticas

Si algo me ha enseñado el ser madre es lo duro que puede ser una crianza cuando no te sientes cómoda y piensas que lo que estás haciendo no es lo que realmente deseas. El sentir que tomas decisiones en base al entorno, a lo que hayas leído o por las críticas que hayas recibido y hasta cierto punto te sientas incitada, obligada o cuestionada y es sea la razón de las decisiones que has tomado. Hablo en femenino, aunque me refiero a la pareja, pero vamos, que igual pasa si eres el padre o la madre de la criatura. Existe un problema social, porque en la crianza en general todo el mundo opina y en no pocas ocasiones, de forma destructiva. La gente no defiende su postura desde la positividad de lo que hace u opina, respetando al que no es de su «corriente», sino desde la crítica ofensiva hacia el otro que hace algo diferente a lo tuyo.

Escucha a tu instinto

A mí me costó mucho trabajo escuchar a mi instinto y, es más, ni siquiera sabía qué era eso aplicado a la crianza, lo veía como algo animal, como algo que siempre me habían educado a reprimir ¡Cómo me hubiese gustado que alguien me hubiese dicho que escuchar el instinto es lo más importante en la crianza! Como explica Pepa Horno, el instinto es lo que sale de la tripa, de las entrañas, lo que no se medita, lo que esta más unido a lo mas primario, lo opuesto a lo que hay en la cabeza, en el cerebro, lo más racional, en donde se almacena lo aprendido, las convenciones sociales y todo lo demás. Por otro lado está el corazón, el cerebro emocional de los sentimientos. En la crianza hay que usar los tres pero no se puede ir en contra del instinto, porque al final sufres y lo pasas mal.

El instinto por la forma de ser de cada uno no siempre dicta lo mismo, pero hay que aprender a escucharlo. He visto a madres frustradas y sufrir por ya no disfrutar del colecho o por pensar que deberían haber dado la teta en vez del biberón, por sentirse mal por haber dejado llorar a sus niños para “enseñarles a dormir” o por no cogerlos todo lo que desearían porque les han dicho que se acostumbrarían a los brazos.

A mí me costó meses saber dónde estaba el instinto, en las entrañas. Me costó lágrimas hacerle caso y poner sordina a las múltiples críticas de unos y otros. No debo ser nada “convencional” porque he recibido críticas de un lado y de otro, me han llamado “loca de la teta”, “que la malcrío”, “que va a dejar la teta por darle biberones”, “que qué hace una pediatra llevando al bebé en la mochila, que se asfixian”.

Hay demasiados tabús

  • Nadie habla de la importancia del contacto piel con piel aunque des biberón.
  • Nadie habla de la lactancia artificial a demanda, los niños no son robots.
  • Nadie habla de que las tetinas a partir de las 12 semanas pueden introducirse porque el bebé sabe succionar e incluso, que si lo haces de forma esporádica, antes, no con anterioridad de las 4 semanas de vida, no pasa nada. Yo lo necesité porque en ocasiones tuve que separarme de la pequeña.
  • Nadie habla de que los bebés por debajo de los tres meses lo mejor es que duerman en la habitación de los padres y de la necesidad del contacto en esta etapa.
  • Nadie habla del compromiso que supone el colecho hasta que el niño decida salir de la cama de los padres y si podemos o estamos dispuestos.
  • Nadie habla de tantas cosas… y juzga, solo juzga.

Lo que a mí me ayudó

A mí me ayudó mucho informarme y tener madres muy distintas a mi alrededor, sin juzgar, porque hay cosas que no van conmigo, yo no me siento cómoda, pero me parecen respetables siempre y cuando sean decisiones meditadas y hayan recibido información «sin tapujos». He aprendido mucho viendo crianzas muy diferentes, he aprendido a no juzgar e intento que todos los padres escuchen sus entrañas porque hay tantos tipos de crianzas como binomio madre-bebé, llenas de pasos intermedios.

Yo he colechado y lo dejamos a los 5 meses por incomodidad de ambas, he porteado y he dado lactancia materna exclusiva y mixta, desde al año dejamos la teta, pero los momentos de bibe son de mamá y busca el contacto. No hay nada escrito entre ambas, solo nuestro instinto, con mucho corazón y poca cabeza.

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