¿Cuántas veces hemos escuchado los padres «no cojas tanto al bebé que se acostumbra»?

Yo realmente no las he contado pero la verdad que muchas. Tantas veces fueron que en los primeros meses me hicieron dudar y cuando esas afirmaciones vienen de gente que te importa, más todavía.

No se acostumbran sino que lo necesitan

Espero que ninguna mamá vuelva a tener dudas y si quiere tener a su bebé todo el día en brazos porque puede y le apetece, adelante, no sólo es que NO SE ACOSTUMBRAN, sino qué es altamente recomendable.

El gran miedo de las mamás, es debido a una FALSA CREENCIA, SIN NINGUNA BASE CIENTÍFICA. Normalmente todas seguimos un razonamiento parecido: «si llevas al bebé mucho tiempo en brazos, ellos cada día reclamarán más tiempo, llorarán si no los puedes coger y no habrá marcha atrás, eso creará a un pequeño tirano y todo habrá sido culpa tuya porque ya te habían dicho mil veces que no debías de tenerlo tanto tiempo en brazos».

Cuando pase la etapa de los brazos, te tocará perseguirlo

Todos los bebés pasan por etapas, es cierto que ni todos pasan por las mismas ni duran el mismo tiempo, cada bebé es un ser único e irrepetible. La etapa de “los brazos”, por llamarla así, pasa extremadamente rápido, antes de lo que piensas. Los bebés buscan contacto en los primeros meses de vida casi todo el tiempo, pero a medida que se van haciendo mayores, poco a poco, se hacen grandes exploradores. La etapa de “grandes exploradores” comienza cuando adquieren mayor autonomía, cuando tienen capacidad de desplazamiento, cuando gatean o comienzan a andar. Cuando eso ocurre no sólo es que no quieran brazos, sino que lo intentarás y ellos se retorcerán cual animalillo para escapar de tus garras y que los dejes en paz, porque ellos quieren jugar.

¿Qué pasó con mi hija?

Yo no tenía nada pensado “a priori”, pero tenía muy claro que iba a hacer lo que en cada momento nos apeteciese y que si me surgían dudas buscaría información veraz para resolverla.

Iba a hacer caso a mi instinto, esa era mi guía. Pero tras las primeras semanas con la casa llena de familia y amigos y la primera vista al hospital con mi peque porteada, empecé a dudar. Hubo compañeros que llegaron a decirme que con “esos pañuelos” los niños pueden ahogarse y que me dolería mucho la espalda, que si lo llevaba tanto tiempo porteado que era como llevarlo en brazos, que se acostumbraría y sería imposible volver atrás.

Julia ha sido demandante, supongo que como todos los bebés. A los siete meses comenzó a reptar, a los ocho meses a gatear y ahora con casi 11 poco le queda para caminar. Desde que tuvo más autonomía, ahora soy yo quien la busca porque añoro los momentos de tenerla en brazos y en los que no se quejaba, ahora no pasan 20 segundos y ya empieza a revolverse, salvo cuando toma pecho. Así que os digo que disfrutéis de cada segundo de vuestro bebé, antes o después se hará “más independiente”.

Os recomiendo que os leáis los beneficios de la crianza en brazos, por si os ha quedado alguna duda, que los hay y hay que saberlos, pero qué mejor razón es porque sí, os apetece y punto, eso es más que suficiente.